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lunes, 20 de julio de 2015

Madre obligó a sus dos hijos a despedirse antes de envenenarlos, Maracaibo

“Yelitza obligó a sus dos hijos a pedirle la bendición a sus hermanas mayores y a despedirse ‘para siempre’ de la abuela materna porque no las iban a ver más. Tenía todo planeado”, aseguró Arleínt Rosales, una tía paterna de los niños, que fueron envenenados por su propia madre, Yelitza Peña (38).
La mujer fue a buscar a casa de su exmarido a sus dos hijos menores, la tarde del  sábado, para pasar el fin de semana con ellos. En el camino se despidió de una amiga haciéndole saber que la quería y luego compró un litro de jugo de naranja que utilizó para agregarle el “matarratas”. 
La primera en tomar el líquido fue la niña, de nueve años, y luego su hermanito, de 12. “Mi sobrino, en medio del estado de shock que está atravesando, me contó cómo ocurrió el hecho en el barrio Altamira Sur, en La Pomona, donde ella reside”, sostuvo Rosales. 
“Mi mamá sirvió el jugo. Mi hermanita se tomó todo el vaso, pero yo solo me tomé la mitad porque ella me lo quitó y se lo terminó de beber. Luego se encerró con nosotros en el cuarto y nos quería obligar a dormir”, contó el pequeño a su tía, en la emergencia del  Hospital Chiquinquirá, donde permanece recibiendo atención médica. 
El niño, según la tía, aseguró que al ingerir el líquido sintió un fuerte dolor estomacal. La niña dijo que el mundo lo veía en cámara lenta. 
“Cuando vi a mi hermana y a mi madre desmayada y botando mucha sangre por las manos,  corrí hasta la calle a pedirle ayuda a los vecinos”, explicó el pequeño a su tía. 
Yelitza le dijo a sus niños que ese polvo blanco que  estaba echando en los vasos de jugo era un purgante, pero luego de ingerirlo, el mayor de ellos, vio las papeletas y se dio cuenta que era veneno para matar ratas.
Los vecinos auxiliaron a los niños, mientras que funcionarios policiales llevaron a la mujer al Hospital  General del Sur, donde permanece en condiciones críticas. 
“Nunca pensamos que Yelitza le haría esto a sus dos hijos menores, pese a que en una oportunidad le manifestó a mi madre que los niños le estorbaban”, dijo la tía paterna.
Los hermanitos Rosales se encuentran delicados de salud. Fueron sometidos a lavados de estómago y a estudios toxicológicos para desintoxicar sus organismos del veneno. 
Yelitza, según su hija mayor, Mariányeli Rosales, nunca fue una mujer mala. “Siempre estuvo pendiente de nosotros y no era una alcohólica. Ella no ha superado la separación con mi papá, hace dos años”, aseguró.
En el HGS dijeron que la mujer podría ser dada de alta en las próximas horas, sin embargo, su estado crítico apunta a lo contrario. Sigue en observación y  bajo custodia policial. 





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